Un buen ‘high’

5 de Abril del 2013

La cristi.La importancia de un high natural es indiscutible, lograrlo no es difícil, solo toma decidirse y luego de eso la perspectiva te cambia, es útil para desconectarse y más aún cuando buscas replantearte.

Hay cosas que estremecen hasta la última fibra del cuerpo humano, sobre todo cuando nos sometemos a emociones extremas: un día de montañas rusas puede causar un high indescriptible; cuando coges una ola buena en un morey boogie, la energía del agua y el vacío en la pancita durante la bajada te estremecen; ni qué decir de cuando bajas un río caudaloso en un bote inflado con un poco de amigos inexpertos e irresponsables.

Probablemente esa adrenalina se debe a que en ninguno de los casos controlamos la gravedad ni la velocidad.

Otro tipo de emoción fuerte e indescriptible es causada cuando los anónimos nos volvemos protagonistas, así sea por un micromomento. Los últimos años hemos sido bombardeados por videos que nos llegan por mail de nuestros amigos, en páginas de Facebook o series televisivas donde se muestra un flashmob.

Es ese bailecito que surge de manera “espontánea” en la mitad de una plaza o sitio de alta circulación y poco a poco se va sumando gente en una gran coreografía. Participé en uno de esos en el 2010 y fue espectacular la emoción de estar en el centro de la ciudad con más de 500 personas vibrando sincronizadamente y todos los transeúntes admirados. Fue reconfortante verlo en los diarios después. Ver el video en YouTube, participar de toda la preparación previa y las decenas de ensayos.

Desde hace ya unos meses los flashmobs fueron reemplazados por “los terroristas” y su contagiante Harlem Shake, que es absolutamente todo lo contrario, la coordinación se la cambia por el desenfreno, la espontaneidad y el desorden. Requiere cero estrés previo, dura menos de cinco minutos y, sin embargo, es también una energía fascinante. Lo más divertido es recibir luego las múltiples llamadas de amigos y familiares y los múltiples comentarios en las redes sociales.

Lo grave es que el que no lo hizo a tiempo, no lo puede hacer recién ahorita, ya hubo tantos y fue tan cacareado que un nuevo Harlem Shake no causa revuelo, ya es como superloser llegar de último a algo que tuvo su boom y fue inmediatista, se lo agarraba en el momento o perdiste.

Para las peluconcitas coquetonas el high lo encuentran en el pole dancing o en el famoso paddling, para los que fuimos jóvenes en los años noventa estaba en el bungee jumping y para los jíbaros de los ochenta estaba en el peligrosísimo chicken (manejar en contravía hasta pocos segundos antes de chocar). Cómo, dónde, cuándo lo hacemos y con quién es asunto de cada uno, pero un buen high nunca debe poner en peligro a nadie.
 

La importancia de un high natural es indiscutible, lograrlo no es difícil, solo toma decidirse y luego de eso la perspectiva te cambia, es útil para desconectarse y más aún cuando buscas replantearte.

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