Mi papá

7 de Junio del 2013

Mi papáEscribir sobre los padres en el mes de junio puede ser bastante trillado, pero la verdad es que yo tuve al mejor papá de todos y luego de tener seis años escribiendo esta columna, creo que es buena fecha para hacerlo.

Mi papá me enseñó a ser yo y a no caer en el molde, yo fui siempre diferente al resto y él me lo celebraba. Eso te crea un tronco de autoestima, cosa que ayuda en tantos frentes en la vida.

Mi papá me enseñó también que es válido tener una opinión y refutar al que quiera destruírtela. Me enseñó que lo que ya está escrito puede ser cierto, pero que tengo derecho a cuestionarlo. Me dejó cuestionar la religión en tiempos de largo más ortodoxos que estos, me dejó cuestionar a la sociedad y sus mil idioteces. Me dejó cuestionar a mi familia cuando se ponía absurda y a los modales cuando la situación lo ameritaba.

Mi papá me enseñó que enamorarse tontamente de quien no debes no está tan mal, que lo malo sería quedarse definitivamente con aquel que ya sabemos que no es para uno; pero que si lo disfrutaba por un tiempo y aprendía algo era una opción válida, después de todo yo ya era adulta.

Mi papá me enseñó que trabajar te mantiene viva, que hay que hacerlo con pasión y con entereza. Me enseñó que el día que me derrote ante la posibilidad de aprender algo nuevo estoy muerta, aunque siga respirando.

Mi papá me enseñó que la curiosidad es una virtud, que la constancia es vital y que los valores no son interpretables. Me enseñó que admitir la culpa es de valientes y que reparar los daños cueste lo que cueste es lo mínimo que podemos hacer cuando hemos perjudicado a alguien.

Mi papá me enseñó que a la mamá se la quiere y se la respeta aunque a veces no estemos de acuerdo con ella. Y que se la cuida y no se la abandona, más cuando él ya no está presente.

Si pongo todo lo que me enseñó mi papá, éste escrito no tendría final; lo importante para mí al hacer este recuento es fijarme que quizás yo no le enseñé mucho a él, aunque sí le enseñé a engreírme como yo quería, y a darme más amor del que yo jamás pude darle.

Escribir sobre los padres en el mes de junio puede ser bastante trillado, pero la verdad es que yo tuve al mejor papá de todos y luego de tener seis años escribiendo esta columna, creo que es buena fecha para hacerlo.

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